Hacia tanto tiempo que no venía a mi mente su recuerdo, en un abrir y cerrar de ojos habían pasado diez años, ya no era la niña temerosa que el conoció y aun así al mirar su fotografía una sensación que casi no recordaba se apoderaba de mí, una mezcla entre amor, deseo, inseguridad y sobre todo pasión, sentada frente al computador miro su nombre en un perfil y su fotografía, era él, definitivamente era él aunque los años habían sido duros era él, ese hombre maravilloso que despertó la pasión en mi quien recorrió por primera vez mi cuerpo con sus manos y a quien no pude darle ese momento culminante por temor o prejuicio quizá, años atrás.
Mientras miraba su fotografía, comienza a escribirme, él vivía en otro país y la tecnología se convirtió en un aliado para poco a poco acercarnos, para ese entonces yo estaba casada y él aunque no se había casado había formado una familia con dos niños, yo nunca los tuve. Me dijo que nunca me olvido que los años que pasaron fueron duros con él, su relación no iba bien, yo vivía aparentemente tranquila con mi esposo pero su sola presencia revolvía todo en mí.
Las conversaciones poco apoco se volvieron más y más íntimas hasta que en un momento la pasión nos desbordaba todo dejo de importar y volvimos a ser esos chiquillos que se conocieron en el primer año de la Universidad. En un momento estábamos planeando un reencuentro, el regresaría a nuestro país, nos veríamos nuevamente.
Después de varios meses llego el día fui a verlo en el aeropuerto, temblamos al vernos nos besamos y esa noche salimos a cenar y recordar viejos tiempos y travesuras de descubrimiento de nuestros cuerpos, claro en diez años había cambiado ya no era esa niña delgaducha, más bien mi cuerpo bien proporcionado de 1,70 de altura, se había formado ya tenía una considerable copa 38c y una colita de infarto. El con su 1,85 tez trigueña y un cuerpo envidiable que no había perdido su encanto de deportista de élite hacían que algo dentro de mí se encendiera con el toque de sus manos por mi piel. Pero esa noche tenía que regresar a mi hogar al fin y al cabo estaba casada aunque por momentos lo olvidara.
Al día siguiente nos vimos y fuimos a visitar una de las casas que iba a adecuar ya que planeaba volver a radicarse con su familia en el país, me dijo que tenía una sorpresa para mí, y saco un sensual vestido negro con tirantes un escote pronunciado y la espalda descubierta, me dijo es tu regalo quiero que te lo pruebes, cuando me disponía ir a otro lugar para vestirme, me indica que debo hacerlo allí frente a él, con un poco de morbo empiezo a quitarme el vestido que llevaba, y dejo ver un sensual conjunto rojo y mis exuberantes pechos que con solo saberlo mirándome luchan por salir de su prisión, y mi sexo depilado empieza a escurrir y palpitar, me empiezo a mojar de una forma incontenible, me coloque el vestido y entonces dice que así no se luce, me toma por la espalda y empieza a besarme sensualmente mi cuello mis orejas ayyy como me excita no lo ha olvidado, retira mi brasier y empieza a acariciarme como poseído recorre mi cuerpo el vestido termina en el piso besa mis senos los toma con sus grandes manos y aun así no es capaz de contenerlos con ellas los aprieta, los lame, los besa como nunca lo han hecho, con su otra mano acaricia sobre la delgada tanga roja totalmente mojada y mete su mano dentro buscando mi punto de placer y vaya que lo encuentra, inmediatamente su mano se siente humeda, delicada, recorre mi vagina a su placer introduce uno, dos dedos profundo buscando mi punto G y entonces ocurre, estallo de placer su mano termina completamente húmeda
Entonces destroza la ropa interior que quedo en mis rodillas, llega el momento de descubrir o más bien recordar su cuerpo, lo desvisto y con suaves besos voy recorriendo cada lugar, mis manos exploran todos sus rincones, cuando retiro su slip y veo que emerge su delicioso pene, largo con una gorda cabeza, rosado y con sus fluidos escurriendo en la punta, Ohhh que delicia no puedo resistir como un imán soy atraída hacia él , mi lengua recorre y saborea su sexo y empiezo a mamarlo como no lo hice con nadie, como si la vida se me fuera en hacerlo adentro hasta casi tener naúseas cuando su pene toca lo más profundo de mi garganta, lamo sus bolas las succiono primero una luego otra después ambas el gime de tanto placer y de pronto me dice que ya no puede que se correra entonces un torrente invade mi boca su dulce, amargo, delicioso, incomparable semen toca mi lengua, lo trago hasta la última gota no quiero desperdiciar nada.
Y como si fuera una pluma me levanta con sus fuertes brazos y me lleva a la habitación no podemos esperar de pie me introduce su pene aún erecto, y yo como una serpiente rodeo sus caderas con mis piernas para sentirlo aún más, mientras lo beso en la boca jugando con su lengua y disfruto besar su cuello a mi antojo, mis manos acarician sus duras nalgas y recorren su velludo cuerpo es todo un hombre y al menos en ese momento lo siento mío, el entra despacio abriéndose camino y con esa fuerza de macho empieza las estocadas profundas rápidas tiene un ritmo envidiable como nunca lo ha tenido mi esposo, tan rápido que mis orgasmos se vienen uno tras otro, siempre he sido multiorgasmica pero esto es realmente una locura, pierdo la cuenta su resistencia y su fuerza física me tienen tocando el cielo, yo gimo, grito, lo araño nunca sentí tanto placer de pronto su respiración se acelera y me toma fuerte de las caderas me empuja como si pudiera penetrarme aún más y siento como un rio caliente, delicioso invade mi ser, terminamos en el piso, me mira y me dice esto es solo el principio….
