Mi cuñada esa noche llego muy borracha a casa y me pidió que si se podía quedar y no quería llegar a su casa donde vive con sus padres y su hermanita menor.
Antes de todo esto quiero comentarles que cuando anduve de novio de mi esposa, de sus hermanitas solo me imaginaba que iban a ser tan guapas y de buen ver que mi esposa.
Cuando me casé con mi esposa ya empezaba a marcarse un bonito cuerpo de la hermana de en medio pero aun así no llamaba mucho la atención, tendría entonces 16 años y la hermana más chica unos 12 años.
Ahora, cuatro años después, mi cuñada se convirtió en una muy hermosa y muy apetecible mujer y la otra hermanita se ve que va por el mismo camino.
Mi cuñada es alta, delgada, con pelo largo y lacio, morenita de buenos senos (ni grandes ni pequeños pero duros y paraditos), con una hermosa cintura que le gusta lucir usando las llamadas ombligueras, unas caderas grandes y qué decir de su trasero, redondo y paradito.
Le gusta vestir muy provocativamente, usando jeans ajustado al igual que las blusas y hasta donde me imagino utiliza mucho las tangas ya que un día que subí a la azotea con mi suegro a revisar la antena de la televisión y en los tendederos estaba colgada toda la ropa interior de mi cuñada que era la única que estaba lavando en esos momentos.
Para mí es un deleite ir los sábados a la casa de mis suegros (no vamos seguido, pero disfruto cuando lo hacemos) ya que ese día lo tiene destinado mi suegra y sus hijas a hacer limpieza en casa, así que en muchas ocasiones he encontrado a mis cuñaditas en pijama o en shorcito y pues me puedo echar un buen taco de ojo.
Para mí se había vuelto una fantasía poder tener entre mis brazos a mi cuñada, pues como comentaba se había vuelto una verdadera belleza.
Bueno volviendo a la historia que les quiero compartir.
Hace como un mes, estábamos dormidos mi esposa y yo, eran las 3:30 a.m. cuando sonó el celular de mi esposa pero como ella había estado un poco enferma las pastillas que estaba tomando la hacían dormir más profundamente, así que fui yo el que contestó.
- Bueno!!!
- Hola cuñado, soy Paty!!!
- Hola Paty, que pasó?
- Es que quería saber si me podían dar alojamiento porque fui a una fiesta y me pasé un poco de copas y no quiero llegar así a la casa.
- Sí, no hay problema. Dónde estás?.
- Ya casi voy llegando, voy en taxi. Me esperarías en la puerta?
- Muy bien, ahorita bajo.
Terminando la llamada, me volteé para comentarle a mi esposa pero no despertó. Así que me puse un pants, ya que me gusta dormir solo en trusa, me calcé mis sandalias y bajé a abrir la puerta de la calle y esperar a mi cuñada.
Cuando llego el taxi me apresuré a abrir la puerta para que bajara mi cuñada y le pague al conductor. Por teléfono había escuchado que le había pasado las copas, pero no me imaginaba que tanto, apenas podía sostenerse en pie y abrazándola por la cintura la ayude a entrar a la casa.
Iba vestida con un saquito rojo y abajo una blusa que le llegaba arriba del ombligo del mismo color, unos jeans azules justitos y unas botas negras.
Cuando entramos a la casa me dijo que quería ir al baño, así que le ayude a entrar y salí. Escuche como que quería vomitar, pero como tardaba le pregunté que si estaba bien y me dijo que no podía pararse, así que entre y la vi de rodillas enfrente de la taza del baño. Le ayude a levantarse y de repente me dijo que quería vomitar otra vez, solo se inclino y como estaba agarrándola de la cintura me puso todo su hermoso culo pegado a mi pene, y así con los movimientos que hacía al tratar de vomitar me restregaba todo en mi pene que empezó a despertarse. Así que empecé a aprovecharme de la situación, le sobaba las caderas con el pretexto que no la podía agarrar bien y que se me podía caer, también en una ocasión pasé mi mano por su vientre llegando a uno de sus senos agarrándoselo y quitando mi mano rápidamente esperando su reacción, pero no pasó nada, no sé si porque estaba muy mal y no se dio cuenta o no quiso darle importancia.
La ayudé a salir del baño y la llevé hacia el sofá, la hice recostarse y me di cuenta que tenia desabotonado el jeans y el cierre abajo, por lo que se le notaba una linda tanga blanca y me excitó mucho más.
Le pregunté que si le había comentado a sus papás que se quedaría con nosotros y me dijo que no, así que yo fui quien les habló y les dijo, para que no se quedaran preocupados.
Una vez que les informé a mis suegros, le dije a mi cuñada que le ayudaba a subir al cuarto extra que tenemos en la casa para que descansara, pero solo asintió sin contestarme. La moví un poco para cargarla pero no abrió los ojos así que le acaricie una pierna y no hubo respuesta así que decidí aprovecharme un poco. Le bajé un poco sus jeans para verle un poco mejor su tanga, le pasé un dedo por todo el contorno de su tanga y lanzó un pequeño gemido. Me espanté pensando que se había despertado, pero no, le dije que la iba a subir y entonces asintió sin abrir los ojos. La cargue y empecé a subir las escaleras con ella en brazos, llegamos al cuarto y la deposite suavemente en la cama. Le quité su saquito y note nuevamente esas hermosas tetas que poseé. Le bajé el cierre de sus botas y se las quité.
Le pregunte que si quería una pijama de mi esposa para que durmiera mejor y volvió a asentir, así que fui por ella. Le llevé una pijama que consta de una blusita delgadita de algodón y un shorcito del mismo material. Lo dejé en la cama y le dije que ahí estaba y volvió a asentir. Como vi que todo asentía, le pregunte que si quería que le ayudara a ponérselo y volvió a asentí y sonreí maliciosamente ya que ya le había agarrado el modo je je je je je.
Empecé a bajarle los jeans, batallé un poco porque si los tenía muy entallados. Al verla sin sus pantalones y solo con su tanguita blanca me emocione más y me acerque para oler su vagina, me atreví otro poco y lamí su vagina por encima de su tanguita. Como vi que no reaccionaba, lamí todo el contorno de su tanga, pero ya sobre su piel. Bajé un poco su tanga y pude ver su vagina muy bien depiladita.
Le empecé a quitar su blusa y note un hermoso brassier blanco que también quité y pude ver por fin sus tetas desnudas, que eran un poco más claras que el resto de su piel, con unas hermosas aureolas café y un pezón grande y duro. Le toqué un pezón y voltié a ver su reacción y al notar que no hacía nada empecé a chuparlos. Que rico se sentía saborear esos duros pezones y solo me detuve al escucharla dar pequeños gemidos. Como ví que no se despertaba seguí en mi labor de chupar sus pezones pero también con mi mano la bajé hasta su vagina y la empecé a acariciar por encima de su tanga.
Llegó un momento en que metí mi mano bajo su tanga y empecé a acariciarla y a pasar un dedo entre sus labios vaginales que sentí húmedos y entonces supe que le estaba gustando. Dejé de chupar sus tetas y me baje a darle sexo oral. Le quite la tanga, le abrí las piernas y metí mi cabeza entre ellas y empecé a lamerle todo entonces ella empezó a gemir con más frecuencia.
Como ya estaba bien excitado, la jalé hacia una orilla de la cama, me puse sus piernas en mis hombros, me bajé el pants y la trusa y dirigí mi pene hacia su conchita y poco a poco se la fui metiendo viendo su cara para ver que hacía, así siguió su viaje mi pene dentro de ella hasta que se la metí por completo y luego se la empecé a sacar suavemente y nuevamente hacia adentro. Como vi que solo gemía empecé a hacérselo cada vez más rápido hasta que sentí como llegaba al orgasmo dando gemidos y entonces sentí sus contracciones alrededor de mi pene y ya no aguante más, saque mi pene y agarrando mi pants me vine sobre de él.
Me limpié con el mismo pants, le puse nuevamente su tanguita y la pijama. La tapé con la sábana y me dirigí a la puerta, cuando iba a salir, escuche muy quedamente “gracias cuñado”, me volteé rápidamente pero la note dormida, así que no supe si había sido cierto lo que escuche o no.
Al otro día me desperté temeroso de que hubiera notado todo y se quejara con mi esposa. Al bajar y llegar a la cocina las encontré desayunando muy animadamente y mi esposa me dio un beso y me dio las gracias por ayudar a su hermanita. Salude con un beso en la mejilla a mi cuñada todo desconcertado y ella, guiñándome un ojo, me dijo gracias por todo, haciendo énfasis en “todo” por lo que entendí que si se dio cuenta de lo que había pasado.
La he visto seguido, aunque ya no ha pasado nada entre nosotros, me saluda muy cariñosamente.
Ojala pueda ir otra vez a otra fiestecita y vuelva a tomar como ese día je je je je je.
