Me desperté poco antes de que sonara el despertador, miro la hora y quedaban 20 minutos para que empezara a tocar. Bueno, intentaré dormir hasta que sea la hora. Era una mañana que refrescaba, entraba un aire cálido por la ventana que invitaba a taparse ligeramente con la sábana. Se estaba realmente bien si no fuera porque en los próximos 20 minutos tendría que levantarme, ducharme y preparar las cosas para dirigirme al trabajo.
Fue cuando entonces mi cuerpo empezó a requerir algo más, estaba a gusto debajo de la sábana, con un pequeño pijama de verano, abracé la almohada con las piernas y al rozarme en la entrepierna, noté que ese día estaba especialmente sensible, me había despertado con algún antojo más que lo típico de tomarme un café por la mañana temprano.
No sé como mi imaginación empezó a pensar en
sexo barcelona, en un suave roce por detrás, un restregón inocente, pero no quería conformarme con una masturbación, así que cogí el teléfono y escribí un mensaje a un compañero de
trabajo que iba a ver apenas una hora después. Le empecé a explicar mi situación, y él me siguió el rollo, me preguntaba que si me pasaba algo, en fin lo típico. Fue entonces cuando mi despertador sonó y parecía que ese pequeño sueño, semi despierta semi dormida llegaba a su fin, hay que levantarse para ir a trabajar . Fue entonces cuando le dije a Jesús, que me perdonara que era una broma y que me iba a la ducha para ir a trabajar.
Después de hacer la cama y tomar un café me fui directa a la ducha, cuando en mitad recibo un mensaje que decía:
-Creo que me has puesto la polla dura.
Qué había hecho? Me sentía avergonzada y a la vez eso me gustó, a lo que le contesté, “pues nada que creo que me he levantado hoy con ganas de eso”. Mientras me secaba, iba recibiendo mensajes en los que quería que le contara exactamente que me apetecía hacer en esos momentos de
placer de escorts madrid. Yo le escribía que me apetecía que entrara en esos momentos en mi cuarto de baño, no me dejara vestirme, simplemente me envistiera y me hiciera disfrutar. Los mensajes se iban sucediendo, pero con algunas paradas ya que este chico estaba trabajando ya y yo tenía que vestirme todavía, secarme el pelo y salir hacia el mismo.
Quedaban 10 minutos para salir hacia el coche cuando ya estaba lista, tenía exactamente 10 minutos antes de empezar una jornada de trabajo en la que nada iba a poder hacer, por tanto, le mandé un mensaje con un video en el que aparecía mojada, y sobándome un poco las tetas. Me metí el dedo en mi rajita húmeda que lentamente subí para chuparlo con deseo, ahí corté el video y le di a enviar. Poco después recibo otro mensaje que me decía, no puedo abrirlo ahora pero me gustaría me mandaras un vídeo jugando con algo…
Fui al dormitorio, cerré las persianas y eché las cortinas para que ningún vecino pudiera ver lo que estaba a punto de hacer.
Me tumbé en la cama, encendí la cámara del móvil, me puse a cuatro patas y encendí mi vibrador. Simulaba una penetración anal, pero aunque estaba muy lubricada no me entraba del todo. Le envié el vídeo y esperé su respuesta.
Estuve esperando y nada, no recibía ninguna contestación, la hora para dirigirme al trabajo se había cumplido, no me podía esperar, así que guardé todo, me vestí y me dirigí al trabajo.
Cuando llego, lo veo allí, pero está liado con papeleos, no me hace caso. Me pongo el uniforma de trabajo, respiro profundamente y me digo a mí misma, céntrate, pero claro mis bragas no decían eso, estaban húmedas, ni me había dado cuenta que durante todo el trayecto había estado pensando en mil y una forma de follar, la mente se me iba sola y claro, estaba un poco mojada.
Empieza la jornada laboral, estoy en mi despacho preparando el trabajo el día cuando entra Jesús, me mira, y me dice en voz baja, casi susurrando, tengo que leerle los labios para entenderlo: “Eres una zorra, no te preocupes yo te meteré mi juguetito hasta el fondo”, y se fue.
Allí me quedé yo, si antes estaba húmeda, ahora me encontraba cachonda y chorreando. Pero tengo que fingir y seguir con mi trabajo.
Aproximadamente a la media hora, tengo que ir a su despacho, ya que tengo que coger unos papales que se encuentran en la mesa de un compañero suyo. Allí está sentado, con la mirada fija en el ordenador, me ignora, yo cojo mis papeles y me marcho. No estoy saliendo por la puerta cuando me llama, me giro y me enseña por encima del pantalón la punta de su polla, sonrosada y húmeda, a la vez que me dice “cuando quieras te la comes que mira como la tienes”, madre mía sin pensarlo cierro la puerta, me acerco y en unos rápidos segundos le doy un pequeño lametón….madre mía , le digo, no sabes lo que le haría en estos momentos, y me voy ligera y sin mirar a nadie hacia mi despacho.
No me concentraba, por favor esto no podía seguir así, pero estaba tan cachonda que no dejaba de pensar en otra cosa que no fuera follar encima de una mesa. Abrirme de piernas y me hincara su pene duro, y mojado metiéndomela bien hasta el fondo.
Pero eso solamente era en mi imaginación, la realidad era otra, estábamos en el trabajo, en que más de 200 personas andurrean por ahí, por todos lados, imposible un encuentro de tal magnitud, eso solo ocurría en las películas. Además me tuve que ir a otra parte del edificio, y pasé el día sin verlo.
Llega la hora del medio día, por lo general, muchos trabajadores, por cuestiones de horario, tenemos que comer en el mismo, pero ese día, al ir al comedor, allí estaba Jesús, no había nadie, estábamos solos.
- ¿Hoy comemos solos? Le pregunté.
- Eso parece, me responde.
- Pues nada, más agusto, a comer.
- Que vas a comer, me pregunta sin ni siquiera mirarme.
- Pues la verdad es que no se si comerme mi comida o comerte la polla entera, le respondí.
El comedor, por supuesto no es un sitio ni mucho menos íntimo, en cualquier momento puede pasar alguien o incluso oírte si hablas un poco más fuerte de lo normal, así que decidimos comer casi en silencio, pero claramente no podíamos contenernos y entre susurros empezamos a ponernos cachondos de nuevo, como en la mañana con los mensajes. Yo le recorría su entrepierna con el pie, le preguntaba que si podía que es lo que me haría, a lo que el me respondía con otra pregunta; tú, que quieres que te haga?. Joder, ya no sabía sin contestarle o no, pero deseaba que me cogiera allí mismo, me posase sobre la mesa y me follara como nunca me lo habían hecho.
Mientras tanto yo me pelaba un melocotón, que me arrebató de la mano y se lo metió dentro del calzoncillo restregando su polla por todo el melocotón,
- Ahora cómetelo, que sabe a mi polla.
Sin pensármelo, me lo metí en la boca, madre mía jamás me hubiera imaginado que Jesús sacaría la parte más puta de mi interior, pero así hizo, me encantó, no pude resistir decirle que me apetecía muchísimo comerme los restos de melocotón que hubiesen quedado en su polla y dejársela bien limpia como si fuera como una
escorts gran canaria.
Fue entonces cuando me dijo,
- T e espero en el baño del sótano (que no suele ser muy concurrido).
Nerviosa, super excitada y cachonda, no me podía resistir. El morbo de que nos puedan escuchar o ver, multiplicaba por mil las sensaciones.
Mientras me dirigía al baño, mi ansiedad iba creciendo, tenía la sensación de ir ya jadeando por el pasillo, llevaba ya casi 8 horas cachonda como una puta y necesitaba que me metiera su polla sin más remedio.
Entro en el baño en el que habíamos quedado, a oscuras, para no llamar la atención de nadie, nos tenemos que palpar, susurrar, cualquier ruido puede ser oído por alguien y no nos podemos arriesgar a eso.
Fue entonces cuando me agarra con fuerza, y me lleva mi mano a su polla, diciéndome:
- Esto es lo que llevas buscando todo el día no?
- A lo que le respondí con síiii intenso y desgarrador,
no pude resistir deslizarme hasta ponerme de rodillas frente a él, bajarle el pantalón y empezar a lamerle el capullo, todavía con sabor dulce del melocotón. Umm como me gusta, le doy unos intensos lametones desde los huevos hasta la puta de su polla, se la pongo bien húmeda cuando me la introduzco en la boca y juego con ella, me encanta succionársela, meneármela dentro jugando con mi lengua. ME saco su gran polla tiesa de la boca, lo miro, nuestros ojos se han acostumbrado a la oscuridad y puedo descifrar su expresión de placer, “que bien la comes cacho guarra”, me pone aún más cachonda que me diga que le gusta como se la como….ahora me toca a mí, le digo que me folle, que me la meta bien hasta el fondo y me haga correrme como nunca.
ME levanta de un salto, me baja los pantalones, estoy chorreando, las bragas están casi para estrujarlas, me denuda, me coge en brazos y me estampa contra la pared.
Me sujeta con una mano del culo y apoya mi cuerpo contra la pared, con la otra mano, coge su polla, bien grande y gruesa y la dirige hacia mi coño, la va metiendo despacio, a golpes, me va dejando caer encima de su polla hasta que me entra del todo. Es imposible resistirme, pero sin querer se me escapa un gemido de placer, tan intenso que por unos segundos tenemos que parar para asegurarnos que no ha sido escuchado por nadie.
Es entonces cuando estampándome contra la pared me folla como nunca nadie lo ha hecho antes. Mis pezones están duros, mi coño chorrea de placer, él sigue y sigue agarrándome fuerte del culo y haciéndome que me deslice por todo el recorrido de su polla.
No aguanto más, me corro, me corrroooo, aaaahhhhhhhh, me encanta.
- Te has corrido en mi polla no?
- Le digo: sí, ahora quiero que te corras entero, bájame.
Me pongo de espaldas, apoyo los brazos en el lavabo y le digo que me folle por detrás mientras me mira a través del espejo.
Me penetra super firme, me da sacudidas, me coge una pierna y la levanta mientras me da pollazos una y otra vez, “fóllame como a tu puta que soy” le repito, aumenta el ritmo, mis gemidos ahogados en su mano son cada vez mayores, cada vez me da mas fuerte y mas rápido, me encanta. Noto sus huevos dar contra mi culo, me toco el clítoris cuando me dice, voy a correrme entero, te voy a echar la leche por todo tu culo, y de repente noto su polla salir y apretarse sobre mi culo para a continuación notar envestidas de semen cayendo por toda mi espalda, chorrean por mi culo, él se mueve, me la restriega por todos lados, hasta que sale la última gota de leche de su polla…..
Ummm me encanta. Por desgracia tenemos que vestirno rápidamente y salir de allí, sin antes decirle:
“esto no acaba aquí, quiero esa polla dentro de mi culo aún virgen”
