
Acabábamos de almorzar, mi tía, su marido y yo. Y comentábamos sobre las noticias del día y el pronóstico del clima para el día siguiente.
Mi tía se dispuso a levantar la mesa y yo la ayudé. Levantamos los platos y los vasos y los llevamos hacia la cocina. Su esposo se levantó de la mesa, acariciándose la barriga y exclamando un urgente deseo por dirigirse al baño. Tomó algo para leer y procedió.
En la cocina, con mi tía, nos dirigimos la mirada mutuamente, como buscando ...
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